Esta revolución huele a jazmín

Emilia Herrera es el nombre propio que para muchos es sinónimo de alegría, entusiasmo, constancia y generosidad. La vida de esta mujer que un día decidió empezar a soñar está hoy llena de muchas personas que se unieron a su gran revolución compuesta de pequeñas revoluciones diarias.

En el año 2009 Emilia era parte de un voluntariado en la Casa Cuna pero, inquieta, como muchos de los que la conocen la describen, se sumó también al Hogar San Benito. Sin abandonar sus compromisos hasta aquí adquiridos decidió hacer Clown Hospitalario, experiencia donde conoció al voluntariado del "Apoyo Escolar". Ni ella misma sabe bien cómo se le fue dando todo lo que tiene ahora. Recuerda que en aquel año, la colecta que se organizó en la Casa Cuna fue diferente. Como diferente también fue esa Navidad, donde todos los voluntarios, de distintas instituciones y los clowns habían empezado a contagiarse de esa "chispa" que tiene Emilia y que nadie sabe ni le interesa explicar.

Hoy, en menos de 2 años, este gran grupo de chicos y chicas es cada vez más grande. "Un día nos hicieron una entrevista en una radio y nos preguntaron el nombre, entonces nos dimos cuenta que necesitábamos un nombre", dice Emilia, que mantiene la capacidad de asombro de una niña de cuatro años. Y así como una niña de esa edad, sigue contando entusiasmada lo que están por hacer en las próximas semanas. No le interesa ponerse a discutir quién debería hacerse cargo de la inclusión de los niños y niñas, y no porque sea una discusión inútil, sino porque es una mujer más de hacer que de decir.

Ella tiene presente que entre los primeros derechos de los niños, niñas y adolescentes están el derecho al juego, a la libertad, a compartir sus puntos de vista, a dar a conocer sus opiniones y a manifestar sus ideas. Es por eso que los espacios que generan junto al gran equipo de "Revolución de Sonrisas" apuntan, según sus palabras, a "compartir una tarde entre amigos, pero que esa tarde sea divertida, donde los chicos puedan jugar, expresarse, y sentirse escuchados y acompañados por amigos". Ella pone mucho énfasis en la palabra amigos, porque aclara que si bien en el voluntariado hay algunos profesionales y estudiantes de diferentes carreras, la idea es hacer un ambiente de juego y amistad.

"Revolución de Sonrisas" crece sin parar, y parece no tener techo. Este es el segundo jueves que se dicta el Tallercito Recreativo para niños con discapacidad. "Si bien el taller está dirigido a todos los niños que quieran asistir, se convoca principalmente a aquéllos que les cuesta más encontrar un lugar donde pasarla bien, divertirse y hacer manualidades". Por otro lado, el próximo miércoles comienza en la Quinta Agronómica la Escuelita de Hockey, dirigida a todos los niños y niñas que quieran realizar una actividad deportiva con espíritu de equipo y diversión.

Todas las actividades que Revolución de Sonrisas propone son gratuitas, se sostienen con las colectas y las ferias de platos que los mismos voluntarios realizan. "Los chicos que colaboran son más de 30, pero cada uno se compromete a venir el día que puede, armamos grupos de cinco personas para hacer las diferentes actividades y los lunes por ejemplo tenemos el programa de voluntariado Pochito que son chicos de 6 a 12 años que arman los títeres, pintan, dibujan, cantan o actúan"

Esta mujer que un día decidió empezar a soñar, fue contagiando su sueño y haciéndolo realidad. Hoy recorren más de 13 lugares entre hogares y comedores. Ahora se están preparando para el mes del niño, por eso empezaron la colecta  de juguetes nuevos o usados (en buen estado), globos, leche, chocolate, azúcar, galletas y caramelos. Además están organizando un festival solidario para recaudar fondos. Ellos no bajan los brazos, siguen trabajando y no paran de crecer. Pero a medida que más crecen en número se comprometen cada vez más.

Gabriela Cruz

gcruz@colectivolapalta.com.ar