Moviembre

Desde hace años, octubre es ese mes que se viste de rosa para educar, alertar y prevenir sobre el cáncer de mama. La mujer se pone en el centro del escenario y narra sus experiencias y sus miedos en primera persona. La vergüenza y el secreto han pasado, en la mayor parte de los casos, al olvido. Hoy la lucha de la mujer contra el cáncer se vive con la frente en alto. Distinto es el caso de los hombres. Las enfermedades propias de su género parecen poner en duda su masculinidad. ¿Cuántos han reconocido en público que tienen cáncer de próstata o de testículos? ¿Cuántos han salido a despertar conciencia sobre la prevención y el diagnóstico temprano? Pocos, embanderados tras el ahora cuestionado Lance Amstrong.

Lentamente esto está empezando a cambiar. En 2003, un grupo de hombres australianos decidió dejarse crecer los bigotes durante el mes de noviembre para crear conciencia sobre temas de la salud masculina como el cáncer o la depresión. El proyecto, que luego daría lugar a la Fundación Movember -como un juego de palabras entre el mes y "moustache", la palabra inglesa para bigote-, se esparció con los años hacia Nueva Zelanda, Europa, Sudáfrica y Estados Unidos. América Latina, por ahora, no se involucra colectivamente en la causa.

Cada hombre que desee participar en el proyecto debe empezar el mes de noviembre con el rostro perfectamente afeitado y inscribirse en Movember.com para crear un perfil. La fundación recauda fondos porque amigos y conocidos realizan donaciones en el perfil de cada mo bro, las que también pueden realzarse en forma general.

Como ellos mismos dicen, Movember le está cambiando la cara a la salud masculina. Si bien es tarde este año para sumarse a la iniciativa, es un buen momento para que los hombres de este lado del mundo empiecen a informarse y ser buenos embajadores de la causa en el 2913. Un Moviembre es posible si todos se comprometen paso a paso, pelo a pelo, bigote a bigote.

Cecilia Morán

cmoran@colectivolapalta.com.ar