Un corto tucumano premiado en Ecuador: Tucumán: Sinfonía de una Ciudad Escondida

Foto de Archivo | Cine Teatro Majestic - Tucumán (1933)

“En nuestras casas o en estos viejos edificios, en nuestro patrimonio, ya sea arquitectónico o cultural, se encuentra alojada la memoria y por ende la identidad ¿Qué pasa cuándo todo eso se derrumba?”, se pregunta Bernabé Quiroga. Cineasta tucumano, egresado y docente de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), es el escritor y codirector de un cortometraje premiado en Ecuador. 

Tucumán: Sinfonía de una Ciudad Escondida (2023), es el título de la producción tucumana galardonada como Mejor Cortometraje Internacional en el Festival de Cine ecuatoriano “El Cóndor Andino”. Dirigido por Bernabé Quiroga y Sergio Olivera, el corto retrata el descuido que sufren las casas y edificios de San Miguel de Tucumán y  que antes solían ser lugares habitables de  la ciudad. Con elementos fantasiosos y buscando imitar el cine de los años 30, el cortometraje logra representar y mostrar la provincia al resto del mundo.

“El cambio constante confunde a los viejos fantasmas de la ciudad, dice la sinopsis que acompaña al corto, disponible en internet. Fantasmas, magia y otras fantasías componen el audiovisual que dibuja una posible respuesta a la pregunta de qué sucede cuando la identidad se desvanece frente a las metrópolis que avanzan. Bernabé invita a ver el corto y dejarse conmover frente a la pérdida de la ciudad tucumana como muchos la conocieron.

¿Cómo nace la idea de grabar el corto?

BQ: Nace como otro proyecto. Este cortometraje lo hicimos con un colega, amigo, también docente, Sergio Olivera. Él tenía originalmente un proyecto documental sobre cines de la ciudad de San Miguel de Tucumán y el hecho de que nuestros cines se perdieron, como el Majestic, el Candilejas, que fueron desapareciendo. Entonces nació la idea de una serie web donde en cada episodio se contaba la historia de una criatura fantástica diferente: duendes, fantasmas, brujas y así, para explorar algo que nos interesa mucho que son las narraciones fantásticas. Buscamos financiación y ganamos una beca del Fondo Nacional de las Artes, para hacer un teaser que se convirtió en un corto. Al recorrer la ciudad buscando los cines que antes existían vimos la pérdida de nuestro patrimonio. 

¿Por qué “Sinfonía de Ciudades”?

BQ: Había una intención, cuando empezamos a pensar y desarrollar el corto, de emular un tipo de cine que son las sinfonías de ciudades: son documentales que se hicieron en diferentes partes del mundo, películas en donde se dedicaban básicamente a explorar ciudades, la arquitectura de las ciudades. Entonces nuestra intención era ser fieles a este tipo de películas, tratamos de imitar lo más posible a las sinfonías de ciudades.

Las sinfonías de ciudades hablan de florecimiento y crecimiento, y el corto trata de la desaparición de San Miguel de Tucumán, ¿por qué esta decisión?

BQ: Hay una intención de hacer una crítica o comentario acerca de la importancia de preservar el patrimonio, al ver todas estas nuevas torres que se alzan. Donde antes estaban las viejas casonas de pasillos largos, ahora hay grandes centros comerciales. Hay una intención de no ser tan alegres, tan entusiastas, el corto es más melancólico, nostálgico y eso se conecta muy bien con el elemento gótico. No es una celebración, es un grito de ayuda o un llanto, si queremos ser más poéticos. 

¿Qué significó para ustedes el premio a mejor cortometraje internacional?

BQ: Fue una gran sorpresa y un gran honor. Mandamos a muchos festivales y este fue el primero en el que ganamos. Es un reconocimiento del trabajo de nuestro equipo, de nuestros actores; también un reconocimiento para el cine tucumano y el cine nacional, que está atravesando una época en donde está siendo muy cuestionado, muy criticado, entonces de alguna manera legitima todo el esfuerzo. 

¿Cómo fue la búsqueda musical para el corto?

BQ: La música era algo muy importante que lo encontramos en el proceso de desarrollo. Al ser una sinfonía, la palabra sinfonía trae una responsabilidad y un peso. Investigué y aprendí que las sinfonías tienen diferentes partes, diferentes movimientos, que cuentan diferentes historias. Encontramos un músico y nos juntamos a conversar sobre cómo está estructurada la historia y cuáles son las partes musicales que debería componer, ¿cómo suena el amanecer en una ciudad? ¿Cómo suena una búsqueda? La música tiene movimientos que acompañan las diferentes partes del corto.

¿Por qué te parece importante filmar en Tucumán?

BQ: Nos hace sentir mayor pertenencia a nuestra ciudad, a nuestra provincia, a nuestro país. La mayoría de las cosas que vemos son de afuera, entonces está bueno ver una película y reconocer personas y lugares. Si se da como resultado que la gente sienta un nivel de conexión con la ciudad, que no habían sentido antes, es un logro. 

Es claramente un retrato de la ciudad y por ende un retrato de sus paisajes y de su gente.

Jugar con la figura de los fantasmas, ¿de dónde viene?

BQ: Con Sergio Olivera, mi compañero de aventuras y rodajes, siempre laburamos lo fantástico, y sobre todo en la provincia, ya que no hay tanto de este cine en Tucumán. Entonces, desde un principio sabíamos que iba a tener ese elemento. El arquetipo del fantasma en sí, el personaje, es claramente una representación de la memoria que queda alojada en las casas que se pierden. Cuando las casas desaparecen, ¿a dónde van los fantasmas en las ciudades modernas?

¿Qué escena del corto te conmueve?

BQ: Teníamos la intención de dotar a la ciudad de fantasía, de magia y no perder el lado sensible que tiene el corto. Yo tuve una clase con un director de cine que nos decía que toda película tiene un momento en el que revela su corazón y muestra sobre qué es lo que está hablando, el “toque de gracia”, un momento mágico donde la película se revela a sí misma. Para mí el momento más mágico, mi momento favorito, es el del encuentro, el del abrazo. Ese es el toque de gracia que tiene la película, este encuentro donde se rompe el velo entre la vida y la muerte y pueden dos seres queridos volver a encontrarse y abrazarse. Yo estoy muy orgulloso de ese momento, para mí ahí está la magia.

¿Crees que es posible hacer cine sin el apoyo del Estado?

No, por supuesto que no. Es caro hacer esto, pero siempre son inversiones si ves a la cultura como algo importante que merece ser financiado. Hay importancia en, no solamente vernos a nosotros representados en la pantalla, sino también, mostrarnos a nosotros alrededor del mundo. Por eso también es un gran logro haber ganado el premio en Ecuador a mejor cortometraje internacional.

La presencia del Estado en la realización de estos trabajos y en la conformación de una cinematografía provincial es clave.

Pasaron dos años de la publicación del corto. En su momento, retrataba la pérdida de los edificios de la ciudad. En el contexto actual, el cortometraje puede ser interpretado como la pérdida del patrimonio social y cultural en general. El desfinanciamiento de la cultura y educación afecta directamente la producción de audiovisuales como Tucumán: Sinfonía de una Ciudad Escondida (2023), representativos para la provincia y el país.“Es un corto cuyo germen es en la universidad pública, todos los que trabajamos somos egresados o docentes de la escuela de cine o de la UNT”, dice Quiroga.

El equipo subió el cortometraje a YouTube “para que lo puedan ver y disfrutar”.