Una sentencia leída a sala vacía recuerda que la Justicia no termina de ser justa. El Tribunal encargado de revisar el veredicto dado en noviembre de 2019, que condenaba a Dante Juárez a la pena de 5 años de prisión por el delito de homicidio culposo, dio su resolución en unos pocos segundos y sin esperar que los familiares estuvieran presentes en la sala.

El veredicto, que esta vez determinó que se trató de un homicidio simple con dolo eventual, condenó a Juárez a la pena de 9 años de prisión pero sin cumplir preventiva hasta que la sentencia quede firme. El hombre manejaba con 1.79 puntos de alcohol en sangre cuando atropelló y causó la muerte de Natalia Ariñez, Marianella Triunfetti y Alejandra Würschmidt y las serias lesiones de Julia Albarracín y Silvia Sandoval –madre de Ariñez- en diciembre de 2016.

Los cinco años de lucha de familiares y amigos de las militantes de derechos humanos, consiguieron que la justicia tucumana reconozca que no se trató solo de un accidente. “Juárez tomó decisiones sabiendo que podía matar a alguien y aun así persistió en su accionar. Él tuvo la oportunidad de realizar otros actos”, señaló el abogado querellante Pablo Gargiulo alegando ante el tribunal su pedido de 12 años de prisión. La fiscalía, por su parte, solicitó 9 años para el hombre que el 17 de diciembre de 2016, después de tomar alcohol toda la tarde, decidió manejar borracho y en plena autopista Famaillá Tucumán realizó un giro en U para evitar un control de tránsito. Tras esa maniobra impactó contra el auto de las mujeres que volvían de una actividad de cierre en el sitio de Memoria La Escuelita de Famaillá.

Aunque la Justicia nuevamente haya dejado un extraño sabor amargo por la forma en que fue comunicada la sentencia, queda el consuelo de haber sentado un importante precedente a la hora de cometer un delito de esta índole.