Palabras quedan: Maurice Jeger

Maurice Jeger | Dibujo de Brian Carlson de la serie Aparecidos.

Martha Amelia Ortiz Malmierca es Boñi para sus amigos. Maurice era uno de ellos, a quien recuerda entre libros y risas, para quien "la vida era hermosa cada día, pase lo que pase".  Desde lejos, echando mano al recuerdo, Boñi cuenta :

"Maurice Jeger era un hombre bueno, dulce y fantasioso. Transformaba la realidad, a veces dura, en alegría con solo imaginarla. El amor a la literatura lo llevó a poner con dos amigos, Sarita Radusky y Carlos Navarro, una librería que se llamó Bestseller. Allí no solo vendía libros, a lo mejor era lo que menos hacía, sino que guiaba a sus clientes sobre lecturas y autores. Su negocio era un cenáculo donde nos reuníamos los amigos para tomar un café o una copa de vino y charlar sobre literatura, con el gran mural de Ernesto Dumit como escenario.

"Tema recurrente eran la lengua y la literatura francesa. Muchas veces nos acompañaban profesores de la Facultad de Filosofía y Letras, como Edmundo Concha, que hacían deliciosos a los encuentros. Así nuestras mentes paseaban por Paris, ciudad a la que todavía no conocíamos pero que ya nos era cotidiana por el arte de las conversaciones. Maurice nos iniciaba en la música popular francesa de posguerra como la de George Brassens, de la que era un erudito. Eran años de despertares y no solo  hablaba de la cultura europea sino que estaba atento a los acontecimientos a los que acompañaban los artistas. El disco La piel del pueblo de Pepe Nuñez apareció para saciar nuestra sed y Maurice estaba presente. Difundir esta obra desde su librería fue casi una obsesión. Aquel verano vendió cientos de discos.

"Como aquel Camilo de Pepe, mi amigo anda diciendo 'no he muerto, nunca quise que me conviertan en nada, cuando me recuerden, quedará mi sombra como una bandera'".

 

Réflexions d’un petit homme

I
Si petit que je sois
Je sais déjà
Où va le monde
Si petit que je sois
Je sais qu’il va
Vers le gouffre.

II
Je ne vais pas à la mer
On ne m’arrache pas de mon village
J’ai peur du sillage
Je ne crois pas aux escargots
Je ne sent pas la senteur
J’aime l’eau mais pas me baigner

III
Vous connaissez le pouvoir
Qu’ont les politiciens, l’armée
L’industrie, les policiers,
L’église, l’amour
Sur la marche du monde
Mais connaissez-vous le pouvoir de la médiocrité?

IV
A quel jeu jouent les enfants
du bourreau
Sinon à la guillotine?
Et vous, quel es votre martyre
Sinon de vivre
Secoué para la violence
Et para la contre-violence?

V
Écrire aussi bien que lire
Sont des privilèges
Que pas tout le monde a.
Comprendre est un privilège
Encore plus grand et seuls
Quelques uns le comprennent

VI
A travers l’amour on découvre
Un monde
Mais à travers le monde
On ne découvre pas forcement
L’amour

VII
Je suis, j’existe et je découvre
Chaque jour quelque chose de nouveau
Jusqu’au moment où je cesse
De m’intéresser à ce qui se passe
à l’extérieur
Et alors?
Le calendrier n’est plus changé
C'est-à-dire que nous restons
Au 15 janvier 1933.

VIII
Les chats de Baudelaire
Ressemblent aux chats
Baudelaire, lui, à un chien
A partir d’aujourd’hui
Il faut faire la comparaison
Entre ceux qui écrivent
Et les animaux

IX et dernière
J’ai peur de la mort et du fossoyeur
Je voudrais rester sur terre
Et non pas en terre
Je sens l’humus
Je ne peux plus marcher
Quel mystère tout ça
Il faut finir en beauté

Maurice Jeger – 10/6/1975

Reflexiones de un hombrecito

I
Por más pequeño que sea,
yo ya sé
adonde va el mundo.
Por más pequeño que sea,
sé que va
hacia el precipicio.

II
Yo no voy al mar,
no me arrancan de mi pueblo,
tengo miedo del camino,
no creo en los caracoles,
no siento la fragancia,
me gusta el agua pero no bañarme.

III
Ustedes conocen el poder
que tienen los políticos, el ejército,
la industria, los policías,
la iglesia, el amor,
en el funcionamiento del mundo
pero ¿conocen ustedes el poder de la mediocridad?

IV
¿A qué juego juegan los hijos
del verdugo
sino a la guillotina?
Y usted, ¿cuál es su martirio,
si no el vivir
sacudido por la violencia
y por la contra-violencia?

V
Tanto escribir como leer
son privilegios
que no todo el mundo tiene.
Comprender es un privilegio
aún más grande y solo
algunos lo comprenden.

VI
A través del amor se descubre
un mundo
pero a través del mundo
no forzosamente se descubre
el amor.

VII
Soy, existo, y descubro
cada día algo nuevo.
Hasta el momento en que deje
de interesarme en lo que pasa
en el exterior.
¿Y entonces?
El calendario no cambia más,
es decir que quedamos
en el 15 de enero de 1933.

VIII
Los gatos de Baudelaire
se parecen a los gatos.
Baudelaire, él, a un perro.
A partir de hoy,
es necesario hacer la comparación
entre los que escriben
y los animales.

IX y última
Tengo miedo de la muerte y del sepulturero.
Quisiera quedarme sobre la tierra
y no bajo la tierra.
Siento el humus.
Ya no puedo caminar.
Qué misterio todo eso.
Hay que terminar brillantemente.

Traducción: Sara Carrizo Giambastiani.
 

Maurice Jeger nació en Francia en 1938. En los años 50 llegó a la Argentina junto a su familia y algunos años más tarde se instaló en Tucumán. Fue corrector de pruebas en el diario La Gaceta y librero en la librería Bestseller que fundó junto a dos amigos. El 8 de julio de 1975, a la edad de 36 años, fue secuestrado junto a su compañera Olga Cristina González, embarazada de 4 meses, de la casa que ambos compartían. Desde entonces nada se sabe de ellos. Su caso es uno de los tantos que integran la Megacausa Operativo Indepencia que se lleva a cabo todas las semanas en el Tribunal Oral Federal (TOF) en nuestra provincia.