Juicio justo, de eso se trata

Fotografía de Julio Pantoja | Agencia Infoto

Fotografía de Julio Pantoja | Agencia Infoto

Desde que empezó la 'megacausa' se escuchó hablar, pedir, exigir un juicio justo. Los familiares de las víctimas y los organismos de Derechos Humanos repitieron una y otra vez que esto es lo que querían, que es una de las razones de la lucha de todos estos años. Sentar a los imputados frente a un tribunal, vivir un proceso judicial, por más largo y extenuante que este sea, pero que tenga todas las garantías. Esas garantías que a los suyos se les había negado. Del otro lado, el pedido es el mismo, “justicia imparcial” pregonan los carteles que cada jueves y viernes los parientes de los imputados despliegan en la entrada del Tribunal Oral Federal. Lo cierto es que a estas alturas un proceso judicial con todas las garantías no es solo una expresión de deseo o un pedido; es una realidad. Terminados los alegatos de las querellas y el Ministerio Público Fiscal, fue el momento de las defensas. Así, la oportunidad en que esta parte valore las pruebas producidas durante las audiencias y hable en favor de los imputados quedó concretada. La semana empezó con los alegatos de las defensas particulares. Luis Benedicto Fernández, abogado y hermano de Juan Carlos del Jesús Benedicto fue el primero en hablar. En una exposición que duró poco más de media hora, habló de su familia. Buscó dejar claro que ellos “son gente de bien”, que durante la última dictadura militar tuvieron un problema con el genocida Antonio Domingo Bussi y que su familia también “había sido muy maltratada en aquellos años”. Después se refirió a la dictadura militar como un “enfrentamiento entre dos facciones, la militar y la militante”, dejando claro, nuevamente, que 'los Benedicto' no pertenecían a ninguna de esas 'facciones'. Desestimó los testimonios que señalaron a su hermano como miembro de 'la patota', los que lo ubicaron en el Centro Clandestino de Detención (CCD) 'El Reformatorio', los que dijeron que se hacía llamar 'JuanCa', 'Escribano' o 'Conejo' y pidió su absolución.

Defensa ideológica

Julieta Jorrat es la aboga que representa al imputado Hugo Javier Figueroa. Su alegato empezó asegurando que el ex policía está imputado injustamente: “mi cliente está sentado aquí por asesinos que estuvieron presos”, comenzó. Presentó una presentación en Power Point con el título “La historia completa” y no escatimó insultos a las víctimas y sobrevivientes. Ante las palabras cada vez más agresivas, los familiares de las víctimas decidieron retirarse. Poco a poco la sala se fue desalojando, pero no quedó vacía. Fotografías con los rostros de desaparecidos ocuparon las sillas y los familiares siguieron los alegatos a través de una pantalla de televisor. “Decidimos no entrar como un acto simbólico en repudio a las mentiras de las defensas”, sostuvieron los familiares que jueves y viernes permanecieron en la antesala. Es que Jorrat se refirió a los testigos víctimas como 'lacras', 'terroristas' y 'asesinos'.

El alegato de la defensora del ex policía Figueroa se extendió por cuatro horas. Incluyó la lectura del legajo del imputado y la denuncia de la letrada de que fue adulterado. “Hay un legajo paralelo”, sostuvo y puntualizó en cada víctima por la que se encuentra imputado su defendido para, finalmente, pedir que sea absuelto de todos los cargos.

Los últimos defensores particulares en hablar fueron Facundo Maggio, Luis Velasco y Tomás Robert. Velasco asistió por primera vez al debate. Fue presentado por Maggio como parte de la defensa del ex militar Carlos Trucco y del sacerdote católico José Eloy Mijalchyck. “Para nosotros, probar la inocencia es imposible”, dijo Luis Velasco, refiriéndose a que, según su criterio, la presunción de inocencia no había sido quebrantada. Los tres defensores hicieron hincapié en “el escaso material probatorio” en contra de sus representados. Robert, que habló por la imputación contra Miguel Chuchuy Linares, le habló directamente al tribunal: “no debe hacerse eco de voces que reclaman linchamiento”, dijo, “Chuchuy Linares no puede ser un símbolo”, agregó. “Es inocente de todos los cargos que se le imputan. Pido su absolución e inmediata puesta en libertad”, concluyó.

Nulidad de todo el proceso

Ciro Vicente Lo Pinto es el titular del Ministerio Público de la Defensa y fue el primero de los defensores oficiales en hablar. Luego siguieron Manuel Bonnin, Mariano Galleta, Alfredo Bertini, Vanessa Lucero y Martín Galliano. Todos ellos tienen a su cargo la representación de 36 imputados entre los que se encuentran los militares Camilo Ángel Colotti, Ariel Orlando Valdiviezo, Pedro Osvaldo Caballero, Hugo Enzo Soto, Augusto Leonardo Neme, Fernando Torres, Luis Orlando Varela, Mario Miguel D’Ursi, Jorge Omar Lazarte, Luis Orlando Ocaranza, Ramón Ernesto Cooke, Luis Daniel De Urquiza, Adolfo Ernesto Moore y Ramón Alfredo Ojeda Fuente; los gendarmes Celso Alberto Barraza, Ernesto Rivero, José Carlos Sowinski, Benito Palomo, Omar Marcelo Godoy, Tomás Adolfo Güemes y Alberto Héctor Rafael Montes de Oca; los policías Roberto Heriberto Albornoz, Juan Alberto Abraham, María Luisa Acosta de Barraza, Luis Armando De Cándido, Oscar Humberto Gómez, Antonio Esteban Versellone, Ángel Custodio Moreno, Pedro José Pasteris, Rolando Reyes Quintana, Ricardo Oscar Sánchez, Guillermo Agustín Ugarte, Ramón César Jodar y Félix Insaurralde; y los civiles María Elena Guerra y Francisco López Guerrero.

Lo Pinto planteó, como lo vienen sosteniendo audiencia tras audiencia, la nulidad de todo el proceso judicial. Indicó que Roberto Heriberto Albornoz y Luis Armando De Cándido no deben ser juzgados nuevamente por los delitos de asociación ilícita, ya que fueron condenados en el juicio de Jefatura I (2010). Además, señaló que a De Cándido se le imputan delitos cometidos en fechas en las que no estuvo prestando servicio. Respecto a Albornoz y el CCD de Arsenales, aseguró que no hubo testimonio que lo vincule a ese lugar.

En general, la defensa oficial de los otros imputados se sostuvo en argumentos tales como que no estuvieron en los lugares y las fechas en que se cometieron los delitos que aquí se juzgan, que no eran responsables de lo que ocurriera en los CCD o que no fueron mencionados por los testigos sobrevivientes de manera precisa. Desestimaron los testimonios que consideraron claves, la documentación aportada por el ex policía Juan Carlos Clemente y se refirieron irónicamente a algunos testigos como 'testigos estrellas'.

Los alegatos del Ministerio Público de la defensa concluirán este miércoles. El tribunal dispuso dos nuevas audiencias para que la sentencia se concrete el día viernes 13 de diciembre. Se espera que el jueves haga uso de la palabra la fiscalía y dé inicio lo que se conoce como 'réplica', luego será el turno de la defensa con la 'dúplica'. Finalmente serán los imputados los que tendrán el derecho de hacer su descargo antes de que se conozca la sentencia.

“Un juicio, que le den la posibilidad de defenderse”, le había pedido a Bussi el padre de una de las víctimas de esta 'megacausa'. Lucho Falú permanece desaparecido, los testigos que lograron sobrevivir hablaron de su dolorosa muerte. Pero también hablaron de su solidaridad, de su entrega, de su amor a los otros. Es que a pesar del horror y el espanto hay cosas con las que no pudieron. Hoy ellos tienen un juicio justo, la posibilidad de defenderse. “Estoy orgulloso de nosotros”, dijo un militante cuando observaba a los imputados sentados en la sala de audiencias. Pablo Gargiullo (querellante por la Secretaría de Derechos Humanos) cerró, el 15 de noviembre, su alegato hablando de “…la distancia sideral entre este juicio con todos los abogados defensores, con sus jueces con sus recursos y sus garantías de las ejecuciones sumarias que eran llevadas en el Arsenal sin más trámites que arrodillar a un prisionero delante de una fosa, pegarle un tiro en la cabeza y después prenderle fuego”. De eso se trata y se trató estos casi 13 meses de audiencias, de un juicio justo.

Gabriela Cruz

gcruz@colectivolapalta.com.ar

Fotografía de Julio Pantoja | Agencia Infoto