Denuncian un operativo irregular en el merendero Reyes
/“Esta es mi casa, señor” dice Ana Reales en un video donde se ve a un grupo de jóvenes contra la pared del merendero Reyes. “Unos drogadictos y unos ladrones, eso veo” dice un policía mientras filma con su celular la escena ocurrida el lunes a la noche en el barrio San Cayetano. Eran diez agentes de diferentes dependencias que entraron a la casa de Ana, donde hace más de cinco años funciona un merendero que alimenta a los chicos del barrio.
Ana Reales es la madre Miguel Reyes Pérez, un joven que a sus 24 años murió por el disparo del arma de un policía. Cuatro años pasaron hasta que la Justicia tucumana condenó a Mauro Navarro, uno de los dos efectivos denunciados. Ana creyó entonces que al fin había conseguido algo de justicia por su hijo: la sentencia decía que se había tratado de un caso de gatillo fácil. Un año después, la Corte Suprema de Justicia de Tucumán decidió absolver a Mauro Navarro, una resolución que se encuentra actualmente en apelación en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Desde la muerte de Miguel, Ana denuncia un constante hostigamiento por parte de la policía provincial. El hecho del lunes se presenta como otro acto de amedrentamiento contra la mujer que se convirtió en una militante de derechos humanos en contra del gatillo fácil. “Los policías requisaron y amenazaron a los jóvenes que se encontraban ahí. Luego de la requisa, además de insultar a vecinos y vecinas que cuestionaban su accionar, procedieron a detener sin motivo legal a varios jóvenes que fueron liberados unas horas después” denuncian desde la organización Andhes (Abogados y abogadas en Derechos Humanos y Estudios Sociales).
El merendero Reyes, en el barrio San Cayetano, es donde Ana Reales alimenta a los chicos que se acercan a buscar una taza de mate cocido o, cuando es posible, un plato caliente. En muchas oportunidades, los jóvenes y adolescentes del barrio encuentran en la casa de Ana un espacio donde refugiarse. Esta vez fue el escenario donde los uniformados buscaron intimidar a la familia de Ana y a sus vecinos que no dudaron en salir a defenderla. “Piensan que porque tienen un uniforme son más que nosotros” se escucha decir a una de las mujeres presentes.
“Exigimos que se investigue lo sucedido y se arbitren los medios necesarios para evitar nuevos procedimientos ilegales, intimidatorios y detenciones ilegales” señalan desde Andhes.