Canciones a capella vuelve a La Pajarera

Un nuevo encuentro de Canciones a capella tendrá cita hoy en La Pajarera (Buenos Aires 808). Esta vez, a las 22, la magia la traerán las voces de Catalina Lamoglia, Diego Rodríguez Fuentes, Michelle Halloy, Puppy Nagle y Walter Cabrera. El convite lo hacen Viviana Vargas y Ramiro Grignola que, además de organizar, también cantan.

Canciones a Capella es una experiencia en la que las voces de abrazan, conmueven y crean un ambiente íntimo y emotivo. Nació en plena pandemia y desde el año pasado se reedita de forma presencial. Para conocer más sobre esta iniciativa que una vez al mes se presenta en la capital tucumana, te invitamos a leer la nota que hicimos cuando se lanzó el ciclo:

Canciones a capella: una invitación a dejarse abrazar por la voz

¿No les pasa que a veces se acuerdan del 2020 y parece que nada fue real? Tocó, casi que de la noche a la mañana, ver el mundo por la ventana, de la casa y de las redes. El espacio cotidiano se redujo, de pronto, a los metros cuadrados del lugar que se habitaba. La conexión con los afectos, con la gente de una, o con la gente por conocer fue, exclusivamente, por videollamadas. En esa paradoja de un mundo cada vez más chiquito, también empezó a hacerse más grande. Y entonces una se metía en algún rincón de la casa de sus artistas favoritos y asistía a recitales muy públicos pero muy privados.

Así, en ese contexto y buscando nuevas maneras de compartir el arte de cantar, Viviana Vargas -cantora salteña que a veces parece más tucumana que la achilata- empezó un ciclo a través de su cuenta de Instagram al que llamó Canciones a capella. “Un día fui invitada por una amiga que hacía un ciclo parecido en Rosario. La experiencia fue maravillosa y me pareció original y pensé que se podía replicar en Tucumán. Así que a la primera que invité fue a ella”, cuenta Vivi al recordar los orígenes de este ciclo que luego creció y se convirtió en un evento presencial.

“La experiencia nace del deseo y la necesidad de compartir con otras personas desde el hogar y sentir como si estuviésemos en el mismo lugar y no separados por una computadora”, recuerda la cantora, y destaca que eso era lo más emocionante de esa etapa incipiente. Pero las emociones no se acaban ahí. La intimidad lograda, la complicidad, la entrega y la generosidad de quienes participaron le dio una identidad al ciclo que se mantiene en una nueva etapa, iniciada en 2022.

Para llevar Canciones a capella a una sala con público Viviana, experta en tejer redes y alianzas, se unió a Ramiro Grignola. “Me sigue pareciendo un lugar despojado, íntimo, de muchísima exposición, de entrega y eso es lo más emocionante hoy”, dice y no duda en describir la experiencia como “una especie de desnudo abismal y espeluznante que da miedo pero a la vez es hermoso”.

La propuesta de Viviana y Ramiro va a contramano de la mayoría de las propuestas musicales que se presentan en la provincia. Cantar a capella es volver a lo más rudimentario de la música que es la propia voz y deposita en ese instrumento humano toda la capacidad de transmitir emoción y crear climas. “No es habitual encontrarte con una propuesta musical donde las canciones sean pura y exclusivamente a capella. Eso atrae e intriga. Creo que es una nueva experiencia y una nueva vivencia que conecta desde otro lugar con el canto, con el gesto, con el sonido, con la magia que sucede en ese momento”, cuenta la cantora.