Los días bautizados como "feriados" suelen ser fechas conmemorativas y destacadas de la historia que comparte una sociedad determinada. Todo almanaque tiene este tipo de acontecimiento con algún que otro adorno que la destaca de las fechas comunes y corrientes. Así, se indica el carácter especial del día que provoca la detención de las actividades en honor al motivo que hace que un día ordinario lleve el sello de un feriado. Es tal la importancia que resulta imprescindible la difusión de información acerca del acontecimiento que se conmemora. En nuestro país resulta cada vez más sorprendente la cantidad de hechos históricos que se agregan año a año al calendario esperando ser reconocidos por todos los partícipes de una misma historia. Pero resulta triste y hasta vergonzoso observar que a medida que incrementan los feriados, disminuye el interés por conocer la razón del mismo. Tal vez por la falta de información, tal vez por las estrategias del turismo que oculta cualquier feriado con la promoción del ocio o simplemente por el hartazgo que lleva al desinterés.

Se puede decir que hoy en día se nombran feriados con tanta frecuencia, que resulta más llamativo conocer los paquetes turísticos que un hecho histórico del país. Esta naturalización del nacimiento de feriados abre el interrogante con respecto al sentido de los mismos y al grado de importancia que carga cada fecha de este tipo.

Para el 2013 se esperan alrededor de 17 feriados, entre los que se agrega el 31 de enero en honor al bicentenario de la primera Asamblea General Constituyente. Con altos porcentajes de días de "ocio", poco se modificará el plan de estudio de la escuela, mientras que la interferencia de los medios de comunicación pueden llevar al desarraigo, confusión y repudio hacia fechas desconocidas.

Feriados y fin de semanas largos que favorecen a muchos y perjudican a otros. Sin explicación, desconociendo el sentido. Días sin rutina pero con las obligaciones de cualquier otra fecha del almanaque.

Javier Sadir

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